Thursday, July 31, 2008

Sociedad GATTACA

Otra vez la perversa eugenesia, la que parecía superada por los siglos, la que parecía como sospecha y tiempo futuro. En estos días, 9 de cada 10 niños Down no llegan a nacer en España. Como el absurdo e increíble número de niñas concebidas que no nacen en la India o China, sólo por ser mujeres...

Ad maiorem Dei gloriam

Cómo no recordar al santo vasco, al enorme espíritu de fundador que hoy nos recuerda:
"Todo para mayor gloria de Dios"

Friday, July 25, 2008

La alegría del Camino de Santiago

A continuación transcribo un texto que hice durante el segundo semestre del 2004, a propósito del Año Santo Compostelano, que se celebra en Compostela cada vez que el día 25 de Julio cae en domingo, entonces se abre la Puerta Santa para dar comienzo al año jubilar.


XACOBEO 2004:
La alegría del Camino de Santiago.




Aún no ha terminado el Año Santo Compostelano, la fiesta sigue, la música entusiasta no cesa, la alegría desborda la pequeña, antigua y hermosa ciudad gallega. Las calles no duermen, llenas de regocijo festejan con bailes y cantos: es el jubileo de la fe que celebran los peregrinos que atienden al llamado de Santiago de Compostela.

No sería posible en este breve espacio, dar una explicación completa de la gran importancia histórica, política, económica, cultural, artística y religiosa, de la peregrinación jacobea. En la actualidad ha crecido su impacto a nivel internacional, como puede observarse en las cifras que arrojan los últimos años jubilares 1999 y 2004: cada vez llegan más y más peregrinos. Santiago de Compostela es el único centro de peregrinación del viejo mundo que se ha equiparado a Roma y a Jerusalén en importancia. Que por cierto, en sentido estricto, sólo son “peregrinos” los que viajan a Compostela y habría que llamar, como Dante, “palmeros” a los de Jerusalén y “romeros” a los de Roma… Pero en otro sentido, todos somos peregrinos: erramos andando por tierras extrañas, en este 'valle de lágrimas' de la existencia, rumbo al santuario de la eternidad, hacia la comunión última, anhelo de toda nuestra vida.

El Camino de Santiago ha hecho de la ciudad de Compostela, “Capital espiritual de la unidad europea”, “Faro de Occidente” y Patrimonio Cultural de la Humanidad. Desde el siglo IX hasta hoy, la peregrinación a Compostela se ha consolidado firmemente como una de las rutas más importantes del mundo y de toda la historia de la cristiandad. Fue vital en la construcción del viejo mundo, pues el Camino de Santiago favoreció el nacimiento mismo del espíritu europeo. Fuente de comunicación y de intercambio entre pueblos distantes, se consolidó definitivamente como germen del europeísmo influyendo en la conformación de todo el mundo occidental. Es incuestionable su legado para la historia universal.

Y desde tiempos muy antiguos, el lugar que habría de recibir el glorioso sepulcro del Apóstol Santiago era visitado por gente que provenía de diferentes partes del globo: cualquier habitante del viejo mundo que siguiera el curso que la Vía Láctea dibuja en el cielo, llegaba a esa maravillosa región, llamada 'Finis Terrae' o 'Fin de la Tierra', donde cada día el sol se funde en el mar: orilla y límite de la civilización. Y no se llegaba sin cierto horror religioso.

El Apóstol Santiago, siguiendo fielmente las palabras de Jesús, quiso llegar hasta el fin de la tierra para anunciar la Verdad. Y de algún modo lo consiguió, evangelizando y cimentando la construcción de la Hispanidad. Por eso, no es extraño que en España, México y en casi toda Latinoamérica, además de Filipinas, como en todo lugar donde se habla castellano, abundan poblaciones, templos y niños que llevan el nombre del Apóstol(en alguna de sus muchas variantes en castellano: Santiago, Jacob, Jacobo, Yago, Diego…) o su devoción. Aunque Santiago murió en Jerusalén, sus restos fueron transportados a Galicia por sus fervientes discípulos, al lugar donde hoy todavía descansan: en Santiago de Compostela. A partir de entonces, Compostela se convirtió en un faro permanente que ha guiado la vida espiritual de los pueblos europeos –y del resto del orbe- y que ha conquistado a millares de personas, de todos los credos, incluso agnósticos y ateos, a emprender el viaje místico que encierra el Camino de Santiago.

Encontramos tres fiestas jacobeas en el calendario litúrgico. La más importante, conmemora el martirio y el dies natalis del Apóstol: el día 25 de Julio. Los reyes de España, el presidente de la misma nación, así como otras personalidades del ámbito político, asisten a la misa principal de tal día y a los festejos más destacados. La segunda fiesta en importancia, la Fiesta de la Elección y Traslación, tiene lugar el día 30 de diciembre. Y la tercera es la del 23 de Mayo, que se conoce como fiesta de la Aparición del Apóstol, su fin es agradecer la tradicional protección de Santiago para España, y por lo mismo –como las últimas dos fiestas- pertenece a toda la hispanidad, en su variado conjunto. Además de las tres fiestas jacobeas, también destaca la fiesta de la Virgen del Pilar, el 12 de Octubre, donde se conmemora su aparición para consolar a Santiago, durante su áspero peregrinar, sobre un pilar, en la antigua ciudad romana llamada Zaragoza.

Los peregrinos no pueden dejar de realizar algunos actos tradicionales, que expresan la esencia verdadera del Camino de Santiago. Una de estas tradiciones, es también, una de las principales atracciones turísticas de la fiesta jacobea: ver en acción al enorme incensario de la Catedral de Santiago, mejor conocido como ‘Botafumeiro’. Pero su importancia trasciende el aspecto turístico, el Botafumeiro es un símbolo vivo para el auténtico peregrino, encaminado hacia el <>, hacia la verdad de su propio ser: “El rito del Botafumeiro es, por otra parte, signo de su purificación, de su nuevo ser ofrecido como incienso que sube a la presencia del Señor.” (Juan Pablo II, Mensaje pontificio “A Mons. Julián Barrio Barrio, Arzobispo de Santiago de Compostela”. Vaticano, 30 de noviembre de 2003)

Otro rito importante para los peregrinos, es el 'Abrazo del Apóstol', que se refiere al acto simbólico de abrazar la dorada y magnífica estatua de Santiago, colocada por encima de su sepulcro, dentro de la Catedral. Y precisamente, la visita al santo sepulcro de Santiago, constituye un acto central de los peregrinos: es el punto de culminación de su esforzado viaje.

Miles y miles han peregrinado ya, como miles faltan todavía por peregrinar antes de que termine este Año Santo, que coincide ahora con el Año Eucarístico: son tiempos importantes para la reflexión y la búsqueda espiritual, para redescubrir el misterio de una comunión más íntima con Dios: “Este Año Santo nos ofrece una ocasión propicia para impulsar, con renovado vigor, el compromiso con los valores de la Buena Nueva, proponiéndoles persuasivamente a las nuevas generaciones e impregnando con ellos la vida personal, familiar y social.” (Juan Pablo II, ibid). La peregrinación, lejos de ser vano turismo o superstición, es una hermosa tradición ancestral que supone un gran aprendizaje de vida, y exige virtudes que perfeccionan el carácter y ordenan la voluntad: “La peregrinación, pues, a pesar de su dureza y fatiga, es un anuncio gozoso de la fe” (Juan Pablo II, ibid).