Wednesday, December 24, 2008

Poema

¡Ah, por qué no alegrarnos y alegrar a los otros!
¡Una sonrisa cuesta tan poco y vale tanto! ...
Hasta el santo, si es triste -ya lo dijo el de Sales-
es un triste santo.

Este valle es de lágrimas, pero para los buenos
las lágrimas son perlas gloriosamente puras:
Mientras las desgranamos, hay joyeros celestes
que trabajan engarces de diademas futuras...

La tristeza es inútil, depresiva y estéril.
El dolor es precioso, con sus cactus eternos,
pero baja del cielo para santificarnos,
no para entristecernos...


Alfonso Junco