Tuesday, February 16, 2010

Carta de E.M. Cioran a François Mauriac

Hotel Majory
20, rue Monsieur le Prince

París, 29 de abril de 1957

Estimado amigo:

Habiendo adquirido para mí sus observaciones a mi prefacio la importancia de una intimación, creo que le debo una explicación. Y estoy tanto más dispuesto a dársela cuanto que su forma de fe es la única que aprecio: ¿acaso no ha opuesto usted siempre las desgarraduras de la salvación a las de la duda? El escéptico no posee ninguna ventaja sobre el creyente: el primero soporta la carga de sus perplejidades, el segundo la de sus certezas. Estemos donde estemos, nos exponemos al vértigo, tropezamos con lo Insostenible.

Me reprocha usted las palabras «la dulce mediocridad de los Evangelios». Sin embargo, ¿puede un hijo de pope escribir otras? En cuanto comencé a definirme, lo hice por reacción contra las verdades de mi padre, contra el cristianismo. A esa razón exterior se añade otra, íntima: mi incapacidad de comprender a Cristo, e incluso de imaginarlo. Por el contrario, Dios no ha dejado nunca de obsesionarme y de torturarme; los sufrimientos que me ha infligido son el honor de mi vida, un desastre inesperado, un infierno que me redime ante mí mismo. Pero si Él ha sido preservado en mis pensamientos, no lo ha sido en mi corazón: nunca he podido amarlo... Me considero un creyente sin la gracia. Estoy seguro de que esta paradoja no le hará sonreír, pues usted conoce sin duda esos momentos en que daríamos todo el universo por una oración, pero en que ninguna palabra se adhiere al misterio, esos instantes en los que se permanece fulminado en el umbral de una llamada, y en los que nos hallamos tan lejos de nosotros mismos como de todo.

Imposible enumerar todas mis imposibilidades. Y en el fondo importan tan poco... Pero es hora ya de que concluya y vuelva a lo esencial: darle las gracias por haberme turbado y expresarle mi afectuosa admiración.

E. M. Cioran

Monday, February 15, 2010

Cuando se escucha Bach

"Cuando se escucha Bach o una melodía gregoriana, todas las facultades del alma están tensas y calladas para aprehender algo perfectamente bello. Cada una a su manera. La inteligencia, entre otras: no encuentra allí nada que afirmar o negar, pero se nutre de ello.

La fe, ¿no debe ser una adhesión de esta especie?

Se degradan los misterios de la fe haciéndolos objetos de afirmación o negación, cuando deben ser objeto de contemplación."

Simone Weil


Sunday, February 14, 2010

Macedonio Alcalá

En el tugurio sórdido, sobre mísero lecho,
yace postrado el músico, exangüe, casi inerte;
más que el dolor agudo que le taladra el pecho,
le agobian los aciagos reveses de la suerte.

Por la mano implacable del destino maltrecho,
olvidado de todos, enfermo y pobre, advierte
cómo va aproximándose, sigilosa, en acecho,
la descarnada y hosca silueta de la Muerte...

Súbito, por el estro tocado, se incorpora,
y entre el delirio de la fiebre que lo devora,
en un postrer intento hace el violín gemir...

¡Y vuelca, casi agónico, el dolor que lo hiere,
en el raudal de notas de su "Dios nunca muere",
como el cisne que sólo canta para morir!...


José María Bradomin

(Soneto dedicado al músico de Oaxaca, que narra la trágica circunstancia en que fue concebida su obra principal, el Dios nunca muere. Este poema forma parte de "Solar nativo", obra de otro ilustre oaxaqueño: el poeta José María Bradomín.)

Teatro Macedonio Alcalá
Teatro Macedonio Alcalá en la Ciudad de Oaxaca, México

Tuesday, February 09, 2010

Origen de la crisis económica mundial

Extracto de la noticia publicada por ZENIT.org, el martes 9 de febrero de 2010.

“El verdadero origen de la crisis es la caída de la natalidad en los países occidentales”. Así lo afirma Ettore Gotti Tedeschi, conocido economista y presidente del Instituto para las Obras de Religión (IOR).

Hoy en el mundo occidental, la tasa de crecimiento de la población ha llegado al 0%, es decir, a 2 hijos por pareja, hecho que ha comportado un cambio profundo de la estructura de la sociedad: “en lugar de estimular a las familias y a la sociedad a volver a empezar a creer en el futuro y a tener hijos”, “hemos dejado de tener hijos y hemos creado una situación, un contexto económico negativo de decrecimiento, y decrecimiento quiere decir más austeridad”.

“Cayendo los nacimientos hay menos personas jóvenes que entran en el mundo del trabajo productivamente, y hay muchas más personas ancianas que salen del sistema productivo y que se convierten en un coste para la colectividad”.

“En la práctica: si la población no crece, los costes fijos de esta estructura económica y social aumentan, lo que dramáticamente depende de cuánto está evidentemente desequilibrada la estructura de la población y cuánta es su riqueza. Sin embargo los costes fijos aumentan: aumentan los costes de la sanidad y aumentan los costes sociales. No solo: ya no se pueden bajar los impuestos”.

“Hay además otro fenómeno que impacta en la economía gracias a la tasa de crecimiento cero de la población, y es la caída del ahorro. Los jóvenes que no tienen trabajo suspenden el ciclo de acumulación del ahorro durante años; las familias no se forman; muy a menudo no se forman familias con un cierto número de compromisos hacia los hijos, de manera que el ahorro se extingue”.

“En este sentido, cuando la caída del desarrollo del mundo occidental se debe a la falta de natalidad, se convierte en un hecho preocupante. Se inventa al respecto el intento de compensar esta caída del desarrollo a través de actividades financieras y ante todo con la deslocalización – se intentan transferir todas esas producciones a Asia, para volver a traerlas con costes menores; y con una mayor productividad, pero la productividad tiene límites”.

“En los últimos 10 años, la tasa de endeudamiento de las familias americanas, ya bastante alto (que era el 68% del producto interior bruto más o menos en 1998) ha pasado en 2008 al 96% del producto interior bruto, es decir, ha aumentado 28 puntos”.

“Si se toman los 28 puntos percentuales de crecimiento sobre 10 años y lo divide, se obtiene una media de la tasa de crecimiento del 2,8% al año, debido exclusivamente al consumismo por endeudamiento de las familias americanas”.

“En la prática, éste ha sido el origen de la crisis, hasta llegar después a los excesos de las llamadas subprime. El origen por el que el instrumento financiero, la compra a deuda, la extensión del crédito, se realizó fue para compensar la tasa de crecimiento del desarrollo de la economía ligado al hecho de que no nacen hijos”.

“Los bancos y las finanzas han contribuido a agravar la crisis en sus orígenes, intentando compensar los problemas que se habían generado precedentemente, es decir, la caída del desarrollo económico, que se ha intentado camuflar con el uso de instrumentos financieros”.

“Si puedo incluso ser más polémico, diré que más que los banqueros, la responsabilidad la han tenido algunos gobernantes, que han estimulado, apoyado y justificado esa expansión crediticia que se ha utilizado para sostener una tasa de crecimiento que se ha reconocido como ficticio”.

“La deuda total de los gobiernos, de las familias, de las instituciones financieras y de las instituciones industriales, hoy debe desinflarse, Desinflamiento quiere decir que llevará entre 5 y 7 años, en países maduros como Europa y Estados Unidos, para poderse redimensionar, para poder volver a criterios aceptables”.

El profesor Gotti Tedeschi se refirió de nuevo al caso americano para explicar la forma negativa de subsidiariedad, es decir, la del individuo hacia el Estado:

“Los americanos – afirmó – han sido utilizados durante 15 años para sostener, endeudándose, el crecimiento del producto interno bruto americano, que vacilaba. Y los Estados Unidos, como sabemos, han tenido también momentos complejos – pensemos en el 11 de septiembre de 2001 – teniendo que reconstruir una actitud hacia el terrorismo, como grandes guardianes de la humanidad, probablemente aumentando notablemente sus gastos también de defensa, y los gastos se pagan”.

“He ahí la exigencia de un crecimiento del PIB. Un gasto fuerte en defensa, para los armamentos, tras el 11 de septiembre, que aumentó en los años sucesivos con tasas del 14 y 15 % al año, debe ser mantenida por el crecimiento de un producto interno bruto”.

“De ahí la exigencia de hacer crecer el producto interno bruto. ¿Y cómo hacerlo crecer? Esta es la costumbre americana: se deja la libertad al individuo de hacerlo; se le pone en condiciones de hacerlo: intereses bajos y atracción por una forma de consumismo”.

“Tras 10 años las familias americanas se han convertido en pobres, han perdido una gran parte de sus inversiones líquidas, han perdido una gran parte del valor de su casa, que aún no han pagado, han perdido una parte del fondo de la pensión, que ha disminuido notoriamente, se han endeudado para dos o tres años y corren el riesgo de perder el puesto de trabajo”.

Según el economista, finalmente, “la única forma de reconstituir un equilibrio económico-financiero” es la “austeridad”.