Sunday, July 25, 2010

Cómo sería Santiago según de Prada

CIUDAD DEL VATICANO, sábado, 24 de julio de 2010 (ZENIT.org).- Publicamos el artículo que presenta en la última edición en español de "L'Osservatore Romano", semanario de la Santa Sede en este idioma, el escritor y articulista Juan Manuel de Prada.

¿Cómo sería Santiago, el hijo de Zebedeo y Salomé, a quien los evangelistas siempre sitúan en lugar destacado en las listas de los Doce, y a quien Jesús mismo quiso a su lado, junto a Pedro y a su hermano Juan, en alguno de los momentos más significativos de su existencia terrena? Hubo de ser, sin duda, un hombre exaltado y ardoroso, propenso a la cólera, a quien imaginamos cogiéndose unos cabreos de órdago cuando, después de una dura jornada en el lago Tiberíades, volviese de vacío a Betsaida. Más de una vez lanzaría airado maldiciones a los peces remisos a caer en sus redes; más de una vez los amenazaría con arrojar sobre ellos el "fuego del cielo", que es lo que también quiso arrojar sobre los inhospitalarios samaritanos cuando, después de la Transfiguración, Jesús lo manda por delante, junto a su hermano Juan, para buscar dónde pasar la noche. Podemos imaginarnos a Santiago, exhausto y hambriento, echando pestes de los samaritanos, y a Jesús reprendiéndolo: "Menos lobos, hijo del trueno, menos lobos...". Porque así, "hijos del trueno", era como llamaba Jesús a Santiago y a Juan; en donde se demuestra que los Zebedeos eran hombres bragados y poco mansos. Alguna razón tenía, sin embargo, Santiago, para llevarse ese berrinche. ¿Cómo osaban esos zarrapastrosos samaritanos negarle pan y posada a un hombre que acababa de ver el cuerpo de Cristo traspasado de luz y rezumando gozo y belleza en el monte Tabor? Aquella Transfiguración no la había realizado el Señor ante las multitudes, ni siquiera ante los Doce, sino tan sólo en presencia de Pedro, de Juan y de él mismo. Seis días antes, Jesús había instituido en Cesarea el Primado de Pedro; seis días antes, Jesús había anunciado su Pasión y había dicho a los Apóstoles que, para salvarse, había que "negarse a sí mismo" y tomar la cruz. Y, puesto que tal revelación tuvo sin duda que conturbar a los pobres Apóstoles, Cristo toma a tres de ellos y, para hacerles más llevadero y tragable el escándalo de la Pasión, les permite vislumbrar la gloria divina, como un "relámpago" premonitorio de la Resurrección. Santiago había visto a su Maestro en coloquio con Elías y con Moisés; y, aunque no había entendido muy bien de lo que hablaban, Jesús le había ordenado que no lo contase a nadie hasta que "el Hijo del hombre resucite de ente los muertos". Santiago, pues, sabe que Jesús va a resucitar; sabe que le ha sido concedido el don de vislumbrar esa gloria que se avecina... pero no ha entendido el sentido del milagro que acaba de presenciar, no ha entendido que sin cruz no hay Resurrección. Podemos imaginarlo confabulando con su hermano: "Jesús nos ha confiado que va a resucitar de entre los muertos. Y Jesús ha querido que tú y yo veamos anticipadamente su gloria. Ergo tenemos derecho a que se nos guarde un lugar preferente en su gloria, uno a la derecha y otro a la izquierda de su trono". Y allá que se van, los hijos del trueno, en comisión petitoria, a reclamar ese derecho.


El Evangelio de Mateo -a diferencia del de Marcos-introduce en este episodio una precisión muy sabrosa y psicológicamente plausible. ¡Resulta que los bravucones Zebedeos, los hermanos tonantes, echan mano de su madre Salomé para que les haga de intermediaria ante Jesús! Y es la madre la que solicita a Jesús que sus dos hijos tengan un lugar de privilegio en el Reino: uno a su derecha y otro a su izquierda, como validos o chambelanes en una corte palaciega. Aquí no podemos por menos que imaginarnos a Jesús soltando una carcajada. "¡Vaya con los hermanos vociferantes y airados! -pensaría--. Son unos tíos con toda la barba, pero se escudan en su mamá para que sus ambiciones resulten menos descaradas, para que su apetito de honores quede atemperado, mitigado, hermoseado por la solicitud materna". Santiago y Juan actúan como los postulantes maquinadores en busca de enchufe, que en lugar de presentar su candidatura a pecho descubierto recurren a intermediarios; y ya se sabe que no hay mejor intermediario que la madre propia, que es quien mejor y con mayor sentimiento resalta las prendas del postulante, ablandando el corazón del que tiene potestad para adjudicar cargos o repartir mercedes. Pero a los bravucones Zebedeos no les valió en esta ocasión la triquiñuela: "El que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos, que tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos". Y por si aún no les hubiese quedado claro en que consistía eso de ser "esclavo de todos", Jesús vuelve a elegir a los "hijos del trueno", junto a Pedro, para que presencien su oración agónica en el huerto de Getsemaní. Jesús se hace obediente hasta la muerte; y, viéndolo humillado y sufriente, al fin Santiago podrá entender que la gloria que él pudo vislumbrar en el monte Tabor no se alcanza encaramado en un trono, sino colgado de un madero. Santiago ya está preparado para entender aquel largo sermón con que Jesús se había despedido de sus discípulos: "El siervo no es más que su maestro. Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros". Y también está preparado para entender las dos formas más pavorosas de persecución: primero la persecución desde dentro ("os expulsarán de las sinagogas"); y después desde fuera ("E incluso llegará la hora en que os matarán y pensarán que con eso hacen un servicio a Dios"). Lo que Jesús predijo se cumplió; todos los Apóstoles fueron expulsados de la sinagoga y después murieron mártires, con la única excepción de Juan, el hermano de Santiago, que murió longevo y en la cama, aunque desde luego también fue mártir, porque lo echaron a una caldera hirviendo en tiempos de Domiciano, de la que salió milagrosamente ileso, y luego fue condenado a las minas de Patmos, que eran un suplicio peor que la muerte. Santiago, el otro hijo del trueno, fue decapitado por orden de Herodes Agripa, allá por el año 40, en Jerusalén, donde empezó a predicar el Evangelio inmediatamente después de la ascensión de Cristo. El hijo del trueno no maldijo entonces a sus ejecutores, ni los amenazó con el "fuego del cielo", ni reclamó en el trance de la muerte un lugar preferente al lado del trono: y es que había entendido que para gozar de aquella gloria que Jesús le permitió vislumbrar en la cima del monte Tabor había que "dar la vida como rescate por muchos".


A España no sabemos a ciencia cierta si vino Santiago. Pero la Tradición así nos lo enseña desde tiempos inmemoriales; y la Tradición dice verdad, pues nunca hubo pueblo tan impetuoso y a la vez sufrido como el español. Y ese ímpetu que, corregido en la escuela del sufrimiento, no se disipa en bravuconería y aspaviento vano, sino que sabe hacerse paciente en la adversidad sólo lo pudimos aprender los españoles de aquel hijo del trueno que contempló anticipadamente la gloria de Cristo y que, al fin, aprendió que para alcanzar la gloria hay primero que apurar el cáliz del dolor.

Fuente: Zenit

Friday, July 16, 2010

Simon Stock

Nacido en el condado de Kent, Inglaterra, en 1165, murió en el monasterio carmelita de Burdeos, Francia, el 16 de mayo de 1265. Por su origen inglés se le llama también Simon Anglus.

Se dice que desde los 12 años comenzó a vivir como un ermitaño en el hueco de un roble y que después se convirtió en predicador itinerante hasta que entró en la orden de los carmelitas, recién llegada a Inglaterra. Según la misma tradición fue como carmelita a Roma y de allí al Monte Carmelo donde pasó varios años. Todo lo que hay de cierto históricamente es que en 1247 fue elegido como sexto general de los carmelitas, sucesor de Alan, en el primer capítulo celebrado en Aylesford, Inglaterra. A pesar de su avanzada edad mostró notable energía e hizo mucho en beneficio de la Orden, de manera que es considerado el más celebrado de sus generales. Mientras ocupó el cargo, la orden se expandió por el sur y oeste de Europa, especialmente en Inglaterra, sobre todo porque fundó casas en las ciudades con universidad, como en 1248 en Cambridge, en 1253 en Oxford, en 1260 en Paris y Bolonia. Esta acción fue de la más grande importancia tanto para el crecimiento de la institución como para el aprendizaje de los miembros jóvenes.

Simón logró ganarse la aprobación temporal del Papa Inocencio IV para la regla alterada de la orden, que se había adaptado a las condiciones europeas. Sin embargo la orden fue oprimida y estaba aún luchando para ser aceptada, ya consiguiendo el consentimiento del clero secular o la tolerancia de las otras órdenes. En estas condiciones, como relata Guillermo de Sanvico (poco después de 1291), los monjes rogaban a su patrona la Santísima Virgen. “Y la Virgen María reveló a su prior que debían dirigirse sin miedo al Papa Inocencio, porque recibirían el remedio para sus dificultades”. El prior siguió el consejo de la Virgen y la orden recibió una bula o carta de protección de Inocencio IV contra esas molestias. Es un hecho histórico que Inocencio IV emitió esa carta papal para los Carmelitas, fechada el 13 de enero de 1252 en Perugia.

Escritores Carmelitas posteriores dan más detalles de aquella visión y revelación. Johannes Grossi escribió su "Viridarium" alrededor del 1430 donde relata que la Madre de Dios se apareció a Simón Stock con el escapulario de la orden en su mano y se lo entregó con las siguientes palabras: "Hoc erit tibi et cunctis Carmelitis privilegium, in hoc habitu moriens salvabitur" (Este será el privilegio para ti y para todos los carmelitas, que todo el que muera con este hábito, se salvará) Debido a este gran privilegio, muchos ingleses distinguidos, tales como el rey Eduardo II; Enrique, duque de Lancaster y muchos otros de la nobleza llevaban secretamente ( clam portaverunt ) el escapulario carmelita bajo su ropa y murieron con él. En la narración de Grossi, sin embargo, es escapulario de la Orden significa el hábito de los carmelitas y no el pequeño escapulario carmelita. Como sucedía con las costumbres medievales entre otras órdenes, los carmelitas dieron su hábito o al menos su escapulario a sus benefactores y amigos de alto rango para que pudieran disfrutar del privilegio aparentemente unido a su hábito o escapulario por la Virgen María. Es posible que los carmelitas mismos de aquel período llevaran su escapulario por la noche, en un formato más pequeño, como lo llevaban más tarde y actualmente, es decir, en forma del escapulario de la tercera orden. Si esto es así, podían entregar ese escapulario a los laicos.

En fecha posterior, probablemente no hasta el siglo dieciséis, en vez del escapulario de la Orden, se entregaba un escapulario más pequeño como símbolo de la hermandad del escapulario. Hoy la hermandad considera esto como su privilegio principal, que deben a San Simón Stock, que el que muera con el escapulario no se pierda para la eternidad. Así, el principal privilegio y toda la historia del pequeño escapulario carmelita está relacionada con el nombre de San Simón Stock. No hay dificultad en conceder que la narración de Grossi, arriba descrita, y la tradición carmelita son dignas de crédito aunque no tengan el valor completo de las pruebas históricas (ver: Escapulario de Nuestra Señora del Carmen ).

Las Antífonas "Flos Carmeli" y "Ave Stella Matutina", que él escribió y que han sido incorporadas al Breviario de los Carmelitas Calzados, muestran que Simón se distinguía por una especial veneración y amor a la Virgen. Además de las antífonas, se le han atribuido incorrectamente otras obras. Las primeras narraciones biográficas de Simón Stock pertenecen al año 1430, pero no son completamente fiables. Sin embargo él no fue venerado como santo en su tiempo ya su fiesta no se incluyó en los libros corales del monasterio de Burdeos hasta 1435. Se introdujo antes de 1458 en Irlanda, probablemente al mismo tiempo en Inglaterra. Su celebración en toda la Orden se introdujo por un decreto del capítulo general de 1564.

Joseph Hilgers (Traducido por Pedro Royo, ver Stock en EC )

Friday, July 09, 2010

Poética de Poetas

Apelo aquí a los dones del Espíritu Santo: el amor, el temor de Dios, la inteligencia, la ciencia, la fortaleza y el designio. ¿Qué se diría de una obra donde se reconocieran huellas de estos dones? El arte europeo, nuestro arte, es el de la era cristiana hecho por cristianos. Quienes realizarán el mejor arte son los mejores cristianos, si poseen la inteligencia del Espíritu Santo que consiste en sangre fría y amor. No considero arte cristiano ni el odio de León Bloy, ni las mezquinas sensaciones de Huysmans, ni las lindezas precisas de Verlaine, ni las fanfarronadas de Barbey. Si Jammes y Claudel son artistas cristianos, no es a causa de su devoción denotada y destacada. Por ello, no creo necesario hablar de Dios y de la Santa Misa para ser un artista cristiano; Picasso, Reverdy y el aduanero Rousseau son más cristianos que Maurice Denis, y Racine, que puso en verso a persar de sí mismo la prosa cristiana de sus maestros, es no menos artista cristiano que Bossuet. El siglo XVII literario es enteramente cristiano, incluso cuando es ateo: la fuerza, la renuncia, la obediencia, el orden, la humildad, la pobreza de espíritu, la sobriedad, la castidad, el respeto, son a la vez virtudes estéticas y virtudes cristianas. La renuncia arrebata al detalle las bellezas en beneficio del conjunto (¿de verdad se creería que Racine no era capaz de ser tan artista como los Goncourt?). La obediencia, al conceder respeto a las reglas, valora lo que se aplaza, y al hacerlo afina el gusto público. El orden es la composición, matriz de la Belleza absoluta; la humildad reconduce la inteligencia del escritor a su verdad, la pobreza de espíritu es la simplicidad sin la cual nada es bello, la sobriedad es el desdeño del ornamento, la castidad impide el extravío que ha podrido por lo menos doso siglos de arte, el respeto es el conocimiento del valor de las palabras, de los sentimientos, de los hombres y la delicadeza en el desempeño de lo humano y de lo que es el arte. El celo es la aplicación. Sólo por la excepcionalidad de una vocación el apostolado es una virtud cristiana, jamás una virtud estética. Hace cien años que las influencias paganas estropean el arte, las virtudes cristianas de algunos artistas los afianzan en contra de los bárbaros. Las obras modernas son obras bárbaras sólo cuando proceden de artistas bárbaros; por mi parte les exijo virtudes cristianas.

Quizá el arte sea la cristalización de la verdad, pero la poesía, como la música, están por encima del arte.

Hay algo en mí que exige más que acordes, así sean falsos, más que colores, así sean discordantes, más que palabras, así sean neologismos, y no es el sentimiento ni la inteligencia: es una necesidad de locura armoniosa, una exquisita necesidad de verdadero lirismo que muy rara vez queda satisfecha, y no por cualquier autor... salvo los poetas de nuestro tiempo.

Un cuadro es el alma del pintor en el momentoando de su pintura. Aun falta que el alma del pintor haya estado libre de obstáculos cuando trabajaba. Mientras más altamente situada, más serena, pura, lírica y sobre todo musical sea el alma, más bello será el cuadro.

Poeta, talla tu diamante. Tállalo antes de trabajar.

Max Jacob

Friday, July 02, 2010

La viña del Carmelo

Déjanos, Amado mío,
ir a la viña.
Ven, por la mañana temprano
queremos quedar en silencio;
si la viña florece,
si da fruto,
si la vida está candente,
la vid permanece fresca.

Ven a las alturas celestes,
tú, Madre Santa,
conduce tu viña
hacia el Amado.
Rocío y lluvia regala
su dulce mano.

Sol caliente envía
Él, a la tierra del Carmelo.

También a las más pequeñas cepas
nuevas por primera vez acodadas,
les regaló vida del Cielo,
plenitud de gracia.
Fieles viñadores rodrigan
sus débiles fuerzas,
las protegen del enemigo
que en la oscuridad se afana.

¡Recompensa, Madre Santa,
de tus viñadores el cansancio!
Con la celestial corona
espérales festivamente.
Ninguna de estas cepas
abandones al fuego.
Conduce a la vida eterna
todo joven sarmiento.


Edith Stein


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