Tuesday, June 07, 2005

Noches Áticas

La intención de publicar acá el antiguo texto latino, se dirige a explicar de algún modo el sentido en que puede entenderse también un blog de internet. Así pues, a continuación, el prefacio del libro "Noches Áticas" de Aulo Gelio, siguiendo la versión en español de Editorial Porrúa.


N O C H E S
Á T I C A S


PREFACIO

Obras más agradables que ésta podrán encontrarse: mi único objeto al componerla ha sido preparar a mis hijos recreos literarios, para cuando, libres de negocios, quieran proporcionar plácido descanso al espíritu. He seguido el orden fortuito de mis apuntes, porque acostumbraba, siempre que leía un libro griego o latino, u oía algo notable, anotar en seguida lo que me llamaba la atención, y conservar de este modo, sin orden ni concierto, apuntes de toda clase; viniendo a ser como materiales que hacinaba en mi memoria, a la manera de almacén literario, con objeto de que, si me ocurría necesitar un hecho o un vocablo y me faltaba el recuerdo, o no tenía a mano el libro necesario, tener medio seguro de encontrarlo en seguida. Así, pues, en este trabajo aparece la misma incoherencia de materias que en las breves notas tomadas sin método alguno en medio de mis investigaciones y variadas lecturas. Habiendo escrito este compendio en las largas noches de invierno en la campiña del Ática, le he dado por título NOCHES ÁTICAS; no imitando el cuidado que los autores de trabajos análogos, en latín o en griego, emplean ordinariamente en la elección de sus títulos. Después de reunir muchos conocimientos que forman confusa y variada mezcla, procuran encontrar títulos ingeniosos cuyo sentido corresponda a la naturaleza del libro. Así, pues, uno publica 'Musas'; otro 'Silvas'; éste 'El velo', el otro 'El cuerno de la abundancia'; dan por nombre a sus compendios, algunos, 'La colmena', 'La pradera', 'Mis lecturas', 'Lecturas antiguas', 'El jardín', 'Descubrimientos'; algunos les llaman 'Las antorchas', 'Farrago', 'Pandectas', 'Problemas', 'El puñal', 'El puñalito'. Otros escriben 'Recuerdos', 'La regla de conducta', 'Pasatiempos', 'La escuela', 'Historia de la naturaleza', 'Historia de toda especie', 'El prado', 'El vergel', 'Lugares comunes'. Muchos han publicado 'Libros de conjeturas', y hanse visto, en fin, 'Epístolas morales', 'Investigaciones epistolares' y hasta 'Confusas', y muchos títulos insinuantes, elegante y atildadamente rebuscados. Por nuestra parte, sin aparato ni pretensión, según nuestra costumbre, con sencillez familiar y algo rústica, hemos tornado este título de 'NOCHES ÁTICAS', que nos proporciona el paraje en que nos encontrábamos y el tiempo de nuestro trabajo, de manera que esta obra dista tanto de las otras por lo agradable del título, como les cede por la pulcritud y elegancia del estilo. Y en último caso, se diferencia también de la mayor parte de las otras por el propósito y la intención. Porque, a la verdad, casi todos esos autores, y especialmente los griegos, han cometido el error de tomar, sin discernimiento ni gusto, de sus numerosas y variadas lecturas, y recopilar desde el primer momento, y como quienes sólo atienden a la cantidad, todos los detalles que encontraban; así es que rinden al lector el cansancio y el tedio, antes de que encuentre nada a propósito para deleitar, engalanar el espíritu, o cuyo recuerdo Pueda ser útil. En cuanto a mí, siempre me ha gustado mucho el precepto de Heráclito Efesio, famoso sabio que decía:. “No es la cantidad de conocimientos lo que enriquece el espíritu.” Si asiduamente me he ocupado, y muchas veces hasta el cansancio, en leer o recorrer considerable número de volúmenes, en todos los momentos que podía mermar a los negocios, he recogido muy corto número de extractos, tornando solamente lo que me ha parecido a propósito, por un lado, para inspirar gusto por los conocimientos honestos a los espíritus dueños de su tiempo y en estado de disponer de sí mismos y para llevarles al estudio de las artes liberales por corto y fácil camino; por otro, para preservarles de vergonzosa y grosera ignorancia acerca de la historia y de las letras a los que ocupan otros trabajos.

Si algunos detalles sobre la gramática, la dialéctica o la geometría parecen demasiado minuciosos y sutiles en estos comentarios; si algunas noticias sobre el derecho de los augures y de los pontífices parecen demasiado eruditas, no por eso debe prescindirse de estos pasajes como inútiles o difíciles de comprender; porque no nos hemos entregado a profundas y obscuras investigaciones sobre estos asuntos, y en general nos limitamos a presentar los elementos de las ciencias liberales y aquellos primeros principios cuya ignorancia, si no es perjudicial, por lo menos no es decorosa para persona bien educada.

Queremos rogar a los lectores, si los hay que tengan tiempo y deseo para enterarse de este trabajo, que cuando encuentren en él algo que ya han aprendido en otra parte, no lo reciban mal y no lo rechacen por la única razón de que no es nuevo; porque ¿habrá algo en la ciencia tan raro y oculto que no lo conozcan algunos? Por otra parte, lo que debe agradar a los lectores es que no les ofrezcamos ningún asunto de los comunes en las escuelas o vulgares en los compendios. Cuando, por el contrario, encuentren cosas completamente nuevas para ellos, ruégoles que examinen, sin prevención injusta, si estas modestas y breves lecciones, lejos de ser estériles e inadecuadas para inspirar el gusto del estudio, para interesar e instruir, no son por el contrario, asaz fecundas para fortalecer y desarrollar el espíritu, para afirmar la memoria, para hacer la elocuencia más flexible y más hábil, más puro el lenguaje, la conversación más agradable y sólida en las reuniones familiares y sabrosas discusiones. Tal vez se encontrarán pasajes menos claros que otros y no parecerán bastante desarrollados y completos: en estos casos deberá pensarse que no he atendido tanto a instruir al lector como a prevenirlo, y que le señalo únicamente un sendero por donde puede caminar, si le parece bien, con el auxilio de otros libros o siguiendo los pasos de un maestro. Si se cree encontrar errores en algunos asuntos, atribúyanse, si así place, a los autores en quienes me he inspirado; pero no se condene de ligero porque se haya visto tratado el mismo asunto de diferente manera en otra parte, sino que habrán de pesarse con calma las razones y autoridades según las cuales nos hayamos decidido esos autores y yo mismo.
Finalmente, lo que deseo, sobre todo, es que aquellos que jamás se han entretenido en leer, escribir y comentar, quienes nunca han velado, como nosotros, para dedicarse al estudio, que siempre han permanecido extraños a las investigaciones, a los trabajos, a las discusiones y a las nobles luchas de los amantes de la ciencia, que están completamente entregados a sus pasiones y a sus negocios; que esos hombres prescindan de las NOCHES y busquen en otra parte placeres de otro género.
Conocido es el antiguo proverbio: “Nada hay común entre la música y el grajo; no se ha hecho la mejorana para el cerdo.” Y, para irritar más todavía la malignidad y la envidia de esos espíritus groseros, citaré algunos versos anapestos de un coro de Aristófanes; y la ley que aquel festivo poeta imponía a los espectadores de su comedia, la daré yo a los lectores de este compendio con objeto de apartar y alejar al vulgo ignorante del culto de las Musas. he aquí los versos en que el poeta da el decreto:

“Que guarden silencio, que se retiren lejos de este coro los que no están iniciados en nuestros secretos y cuya alma no está pura; los que nunca han visto ni celebrado jamás los misterios de las Musas. Que se alejen, que se alejen, lo repito otra vez, que se alejen de este coro. En cuanto a vosotros, comenzad los cantos y los regocijos nocturnos que convienen a esta fiesta.”

He escrito hasta hoy veinte libros de comentarios. En los días que plazca a los dioses concederme todavía, todo el tiempo que me dejen el cuidado de mis asuntos domésticos y la educación de mis hijos, todas las horas de que pueda disponer las dedicaré a continuar este compendio de recuerdos y comentarios. Si los dioses lo permiten, el número de estos libros crecerá con el de mis días, cualquiera que sea la duración del tiempo que me quede de vida; y no deseo que se prolongue mi vida sino mientras me encuentre en estado de dedicarme a estos trabajos. He reunido aquí, ante los ojos de los lectores, todos los títulos puestos a la cabeza de los capítulos y el libro en que cada uno está colocado.


REFERENCIAS

+Imagen del libro "Noches Áticas" en:
http://www.chethams.org.uk/img/Aulus_Gellius_illuminated.jpg



+Gelio, A.; "Noches Áticas", México, Porrúa.

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