Saturday, March 12, 2011

Rita Guerrero


Cuánta admiración despertaste en mí, mujer alada, cuánto amor con tu arte magistral, con tu presencia vibrante, con tu voz. Hecha para cantar la música de siglos lejanos, tu voz se alzó y cautivó, recreó sueños, buscó la justicia, cumplió su destino.

Cuando mi vida parecía un verso amargo de Baudelaire, en mis tiempos románticos cuando Novalis me revelaba una esperanza en medio de la noche, mi música era la de Santa Sabina... Te contemplé varias veces en conciertos del grupo. En el escenario, cantando, te transformabas en ángel, demonio, musa: tu mirada penetrante y esa faz delicada tomaban un aspecto sobrenatural.

Recuerdo que al ir paseando por la Ciudad de México, me topé contigo en dos ocasiones. La vez del Parque México, sólo te vi pasar, pero pude expresarte mi admiración, de hecho, me armé de valor y grité: "Rita, te amo". Tú sólo volteaste y me regalaste una sonrisa, un gesto amable y seguiste tranquila tu camino platicando con quien te acompañaba.

Y es el mismo amor que me hace ahora recordarte, que ante tu ausencia es hoy oración y súplica, me hace pedir a Dios por el bien de tu alma.

Gracias, Rita.

3 comments:

quique ruiz said...

Yo estaba contigo el día del Parque México.

quique ruiz said...

Mira este enlace.

JBF mx said...

Gracias Quique, por dar fe de mi relato y gracias también por el enlace.