Monday, November 02, 2009

Cioran y la música

Cioran, el amargo y lúcido escritor, era un verdadero amante de la música. Sus escritos demuestran esto mismo, así como su profunda capacidad para escuchar contemplativamente. Es posible definir a Cioran con unas palabras que hallamos en su obra: ¡La pasión de lo absoluto en un alma escéptica!. Lo cual también se vislumbra en los siguientes aforismos, extraídos de una obra temprana:


¿Poseeré la suficiente música dentro de mí como para no desaparecer jamás? Hay adagios tras los que no puede uno ya pudrirse.

Únicamente los éxtasis sonoros me producen una sensación de inmortalidad. Hay días intemporales en los que somos víctimas de reminiscencias de no se sabe qué más allá... Afligirse a causa del tiempo es entonces inconcebible.


~o~


"No puedo diferenciar las lágrimas de la música" (Nietzsche). Quien no comprende esto instantáneamente, no ha vivido nunca en la intimidad de la música. Toda verdadera música procede del llanto, puesto que ha nacido de la nostalgia del paraíso.


~o~


Durante el tiempo en que trabajó en El Mesías, Haendel se sintió transportado al cielo. Según sus propias palabras, sólo descendió a tierra al terminar su obra. Sin embargo, comparado con Bach, Haendel es de aquí abajo. Lo que en el primero es divino es heroico en el segundo. La amplitud terrestre es la nota dominante haendeliana: una transfiguración desde afuera. Bach une la visión de un Grünewald a la interioridad de un Holbein; Haendel, la solidez y los contornos de Durero a la audacia visionaria de Baldung-Grien.


~o~


El órgano expresa el estremecimiento interior de Dios. Comulgando con sus vibraciones nos autodivinizamos, nos desvanecemos en Él.


~o~


El órgano es una cosmogonía. De ahí sus resonancias metafísicas, ausentes de la flauta y del violoncelo, salvo en la expresión lírica y las vibraciones infinitamente sutiles. En el órgano, lo absoluto se interpreta a sí mismo. De ahí la impresión que nos da de ser el instrumento menos humano y de tocar siempre solo.


~o~


Únicamente el paraíso o el mar podrían dispensarme del recurso a la música.


~o~


Poseemos en nosotros mismos toda la música: yace en las capas más profundas del recuerdo. Todo lo que es musical es una cuestión de reminiscencia.


~o~


La meditación musical debería ser el prototipo del pensamiento en general. ¿Qué filósofo ha seguido alguna vez un motivo hasta su agotamiento, hasta su límite extremo? Sólo en música hay pensamiento exhaustivo.


~o~


La mística es una irrupción de lo absoluto en la historia. Al igual que la música, ella es el nimbo de toda cultura, su justificación última.


~o~


Cuando escuchamos a Bach, vemos germinar a Dios. Su obra es generadora de divinidad.

Tras un oratorio, una cantata o una 'Pasión' , Él tiene que existir. De lo contrario toda la obra del Cantor sería una ilusión desgarradora...

Pensar que tantos téologos y filósofos han perdido días y noches buscando pruebas de la existencia de Dios, olvidando la única...


Emil M. Cioran,
fragmentos del libro De lágrimas y de santos.

Publicado como Himnoda en un foro de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes (28/4/2005).



J. S. Bach: Matthäus-Passion, Mov. 1 (BWV 244)

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