Friday, August 28, 2009

Unas palabras sobre "El mono desnudo"

El zoólogo inglés Desmond Morris no tuvo que esperar mucho tiempo para ver la controversia que provocó la publicación de su libro "The Naked Ape", en 1967. No era para menos, Morris no tuvo el menor reparo para afirmar que el hombre no es más que un simio sin pelo.

"Hay ciento noventa y tres especies vivientes de simios y monos.
Ciento noventa y dos de ellas están cubiertas de pelo.
La excepción la constituye un mono desnudo
que se ha puesto a sí mismo el nombre de homo sapiens".

(D. Morris)

Muy pronto se puso en evidencia que como muchos otros tantos libros de divulgación científica, "The Naked Ape" carece del rigor necesario que la labor de la ciencia exige. Morris suelta aseveraciones atrevidas que no sustenta, ni procura recordar que sólo son imaginaciones hipotéticas a comprobar. Probablemente, el mayor error que comete Morris es que en lugar de enriquecer su investigación con los frutos de otras disciplinas científicas (estudio interdisciplinario), invade indiscriminadamente con especulaciones zoológicas, otras áreas del conocimiento: antropología, etnología, filosofía, ética, historia- reduciendo así, el vasto mundo del saber, al estrecho margen de la zoología moderna.

El reduccionismo naturalista se pone de manifiesto desde el inicio, como cuando Desmond Morris dice: "Yo soy zoólogo y el mono desnudo es un animal. Por consiguiente éste es un tema adecuado para mi pluma, y me niego a seguir eludiendo su examen por el simple motivo de que algunas de sus normas y comportamientos son bastante complejas y difíciles". Aquí se puede hallar su axioma básico sobre el cual se construye su libro: el hombre es un animal sin más (no hay nada, según él, que distinga esencialmente al hombre para que sea considerado dentro de una esfera nueva del ser). Olvida o ignora; en cualquier caso no es admisible para un hombre de ciencia- el gran legado de diálogo y estudio sobre este tema, que se ha venido formando desde la antigua Grecia hasta nuestros días. Olvida e ignora la historia de la antropología para hacer un libro antropológico.

Por ello, vale la pena recordar la famosa anécdota sobre una de tantas riñas entre Platón y Diógenes. Platón encontró que -de todos los seres vivos que conocía- sólo las aves y el hombre caminaban bípedos. Raro en el venerable griego -concienzudo y riguroso en su investigación filosófica- se le hizo fácil definir al hombre como un bípedo implume. El cínico Diógenes no desaprovechó esta oportunidad para ridiculizar este desliz de vanidad del sabio ateniense: llegó con un pollo desplumado, diciendo: 'he aquí el hombre...'.

Me pregunto qué diría el mordaz y elocuente Diógenes si leyera "The Naked Ape";... al menos tendría motivo para reír o para brindarnos un sagaz e ingenioso aforismo que de una vez por todas destripara tan desafortunado libro.

Dentro de la antropología moderna, es necesario mencionar la importante obra del antropólogo y fenomenólogo Max Scheler, que considera al espíritu como la diferencia esencial entre el hombre y el resto de los seres vivos. El espíritu humano implica vida interior y trascendente, inteligencia abstracta y racional, autoconciencia. En su libro "El puesto del hombre en el cosmos"; dedica varias páginas para enunciar las diferencias abismales que hay entre el hombre y los animales más cercanos evolutivamente; es decir, chimpancés o gorilas- que difícilmente se pueden reducir a la falta de pelo. Scheler también discute si realmente está justificado incluir al hombre dentro del reino animal. Pues el hombre, aun con todas las semejanzas que guarda con los primates, guarda muchas más diferencias -peculiaridades esenciales- que lo distinguen de todo animal, de todo ser vivo, de todas las cosas. Por ejemplo, puede denominar y simbolizar, clasificar y entender a las cosas. El hombre constituye a la naturaleza como 'naturaleza'; y entiende al mundo como 'mundo', gracias a su esencia verbal que le permite razonar, hacer ciencia y, sobre todo, vivir humanamente. Scheler demuestra que los animales no tienen propiamente un 'mundo', sumidos como están en su hábitat:

"El animal vive extático en su mundo ambiente, que lleva estructurado consigo mismo adonde vaya, como el caracol su casa. El animal no puede llevar a cabo ese peculiar alejamiento y sustantivación que convierte un 'medio'; en 'mundo' (...) está incrustado y sumido en la realidad vital correspondiente a sus estados orgánicos, sin aprehenderla nunca 'objetivamente'. La objetividad es, por tanto, la categoría más formal del lado lógico del espíritu."

Desmond Morris ignora que para el proceso civilizatorio de la humanidad, así como para la formación de las complejas sociedades humanas, fue fundamental el don de la palabra, que se distingue por mucho de todo lenguaje animal. La función de la palabra en la formación de la cultura y del mismo hombre, es vital e incomparable en importancia, al impacto que tuvieron las modificaciones evolutivas (marcha erecta o piel desnuda) en el ser humano. Aun así, Desmond Morris concluye:

"Y ahí tenemos a nuestro Mono Desnudo, vertical, cazador, fabricante de armas, territorial, neoténico, cerebral, primate por linaje y carnívoro por adopción dispuesto a conquistar el mundo. Pero es un producto novísimo y experimental y, con frecuencia, los modelos nuevos presentan imperfecciones. Sus principales agobios derivarán del hecho de que sus progresos culturales rebasarán a todos los progresos genéticos. Sus genes quedarán rezagados, y tendremos que recordar constantemente que, a pesar de todos sus éxitos en la adaptación al medio, sigue siendo, en el fondo, un mono desnudo."

Con su mirada de zoólogo, Desmond Morris no puede ver en el hombre nada más que un animalito vulnerable luchando por su supervivencia. La sociedad como una zoociedad, donde han de reinar las leyes de la selva. Por libros como "El mono desnudo" o "El zoo humano", es posible encontrar en nuestros tiempos, una legión entera de seres humanos que se consideran a sí mismos viles simios lampiños. Este triste panorama parece la realización más cruel de la pesadilla del escritor francés Pierre Boulle: nuestro mundo humano transformado en The Planet of the Naked Apes.




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Publicado el miércoles 2 de febrero de 2005, a las 2:50 am en algún foro de filosofía.

11 comments:

quique ruiz said...

Creo que es bien difícil hablar de manera precisa de las diferencias entre hombres y grandes simios. Todas esas características que dices que menciona Max Scheler las poseen los chimpancés y orangutanes: vida interior (no sé si vida trascendente), inteligencia abstracta y autoconciencia. En este momento no tengo las fuentes de tales experimentos, pero los voy a buscar para dártelos. Hay sin embargo un experimento reciente de una joven alemana (habría que buscarla) que muestra una diferencia en el modo en que se propaga el conocimiento en los hombres y los chimpancés. Mostraba una caja negra con dos agujeros a un niño con la inteligencia (supongo que matemática; habría que averiguar cuál es el criterio para medir la inteligencia en el experimento) de un chimpancé adulto. La caja luego se la mostraba a un chimpancé. La caja estaba acompañada de un palito, el cual podía uno introducir en el agujero de la tapa superior y en el agujero en uno de los costados, el cual tenía una tapita que se podía levantar. La joven alemana les mostró una serie de pasos que tenían que hacer con el palito en los hoyitos para al final obtener un dulce, el cual obtenían del hoyito en uno de los costados. Niños y chimpancés imitaron sin problema la secuencia de pasos que les había enseñado la joven alemana (creo que los pasos eran meter el palito en el hoyito superior, girar el palito, sacar el palito, golpear la caja con el palito, meter el palito en el hoyito lateral, empujar el palito, sacar el palito, sacar el dulce). Después les presentó una caja igual que la anterior pero transparente, donde era posible ver que los pasos en el hoyito superior eran innecesarios, pues ese hoyito iba a parar a una tablita interior que impedía el paso al tunelcito u hoyito lateral, donde se encontraba el dulce. La joven alemana les repitió los pasos: palito arriba, giro, golpecitos, palito en el costado, etc. Los mismos pasos que con la caja negra. A pesar de que los niños veían que podían saltarse los pasos que involucraban el hoyito superior, hicieron toda la secuencia de pasos. Sin embargo, los chimpancés tomaron el atajo: se saltaron los pasos del hoyito superior y metieron directamente el palito en el hoyito lateral.
Otra diferencia en la transmisión del conocimiento es que los chimpancés adultos no enseñan a los más jóvenes, los ignoran a la hora de realizar una tarea desconocida por los más jóvenes, como fabricar una herramienta para sacar termitas de un termitero; lo que hacen los más jóvenes es simplemente mirar y mirar a los adultos cómo hacen la acción y luego los jóvenes los imitan.

quique ruiz said...

Por cierto, el libro de Desmond Morris a mí tampoco me gusta, por las mismas razones que a ti, creo: lanza hipótesis como si fuera bolo; además de que la obra tiene un enfoque machista.

quique ruiz said...

Mientras busco las fuentes, te voy a contar del experimento de la autoconciencia, creo que es un clásico ya, porque lo he visto tanto en orangutanes como en chimpancés, tal vez bonobos. El experimento consiste en colocar al simio frente a un espejo y se le ha colocado un punto rojo, o de cualquier otro color, en la frente. Lo que hace el simio es mirar fijamente al espejo por unos segundos y luego dirige su mano hacia su propia frente, por donde está el punto, no hacia la imagen en el espejo.
Los experimentos que tienen que ver con la inteligencia abstracta, creo que tienen que ver con la resolución de problemas y otros tópicos. En lo que respecta a la resolución de problemas hay varios experimentos. Uno de los que recuerdo consiste en poner a un orangután frente a un tubo en cuyo fondo hay un cacahuate. El tubo está hecho de tal manera que no cabe la mano del orangután para sacar el cacahuate. Este experimento también lo vi realizado a niños de varias edades. Cuando se hizo a niños, se les decía que podían usar cualquier cosa que hubiera en el cuarto, donde, por cierto, había una jarra llena de agua. La edad a la que pudieron resolver el problema fue a partir de los 7, si no mal recuerdo. En el caso del orangután, no les colocaban una jarra de agua, sino tenían en su jaula un grifo del que podían sacar agua. El orangután tardó mucho menos en resolver el problema que los niños de 7 años. Una niña de 12 lo hizo bastante rápido, por cierto.

quique ruiz said...

Jiiiiii, me acabo de acordar de un caso de ayuda al otro en grandes simios. De hecho, es el caso de un gorila que ayuda a un humano, humanito. Sucedió en un zoólgico: un niño cayó por accidente en terreno (no era una jaula, era como una piscina) de los gorilas, el niño quedó inconsciente por la caída, una de las gorilas se acercó al niño, lo tomó y lo dejó en la puerta de salida, por donde el cuidador les pasa la comida.
Es común entre los chimpancés que hembras adopten a crías abandonadas.

quique ruiz said...

La verdá ya no me acuerdo del nombre de los investigadores que realizaron tales experimentos, pero encontré esto: Self-awareness and the emergence of mind in primates, Gordon G. Gallup Jr, Department of Psychology, State University of New York at Albany. Keywords: mirrors • self-recognition • self-awareness • consciousness • introspection • mind. Abstract: To date humans, chimpanzees, and orangutans are the only species which have been shown capable of recognizing themselves in mirrors. Several species of macaques have now been provided with years of continuous exposure to mirrors, but they still persist in reacting to their reflection as if they were seeing other monkeys. Even gibbons (apes) and gorillas (great apes) seem incapable of learning that their behavior is the source of the behavior depicted in the image. Most primates, therefore, appear to lack a cognitive category for processing mirrored information about themselves. The implications of these data for traditional views of consciousness are considered briefly, and a recent attempt to develop an operant analog to self-recognition is critically evaluated. Finally, an attempt is made to show that self-awareness, consciousness, and mind are not mutually exclusive cognitive categories and that the emergence of self-awareness may be equivalent to the emergence of mind. Several indices of mind which can be applied to nonhuman species are discussed in the context of an attempt to develop a comparative psychology of mind. Parece que es un artículo del 81. También encontré la siguiente bibliografía (la cual me gustaría leer, pues es bastante reciente y ha de ser el resultado de la acumulación de años de estudio): Self-Awareness in Animals and Humans: Developmental Perspectives.

quique ruiz said...

Por cierto, el tubo del experimento del que hablé era transparente.

quique ruiz said...

Jiii, me gustaría apuntar algunas observaciones.
Experimentar deseo implica vida interior, pues el deseo es precisamente una experiencia interna.
Todo ser vivo que requiera una movilidad variable propia para alimentarse (y, por lo tanto, vivir) experimenta deseo; de otra forma, moriría.
La inteligencia abstracta o simbólica viene antes que la verbalidad. Verbalidad implica inteligencia no necesariamente implica verbalidad. Clasificación implica abstracción. Tal vez la abstracción más simple es la clasifición en "se come" y "no se come". La manipulación de objetos con una finalidad implica abstracción, pues implica diferenciarlos (los objetos) para poder manipularlos rumbo a un objetivo, pues requiere una serie de pasos en que hay que representarse en una secuencia de imágenes mentales (o representaciones) donde la última representación es la situación en que se alcanza el objetivo. Ejemplo: el orangután al que se le ocurre llenar de agua el tubo para levantar el cacahuate hasta que sus dedos puedan alcanzarlo. En otras palabras, la resolución de problemas implica abstracción. Conjeturo que para la abstracción es necesario el deseo, pues sería el motor para la realización de un objetivo.
Todo esto me hace pensar que la diferencia entre animales y humanos no es ni la vida interior ni la inteligencia abstracta ni la autoconciencia; es la verbalidad y la manera en que el conocimiento se transmite de individuo a individuo. Sospecho que otra diferencia es el arte.
El autorreconocimiento en el espejo implica autoconciencia, pero autoconciencia no necesariamente implica autorreconocimiento en el espejo.

quique ruiz said...

Si atiendo al dicho "el hombre es hecho a imagen y semejanza de Dios", escogería como imagen y semejanza al arte, y diría entonces que Dios crea para comtemplar, y pensaría que sólo hace eso.

JBF mx said...

Hey, Quique, cuándo hiciste todos estos comentarios, recién los encontré. Has abordado ya tantos puntos, que me tendré que ir poco a poco.

Hasta los cuervos y muchas especies de pájaros tienen el tipo de inteligencia que mencionas, resuelven problemas hasta cierto punto sofisticados (pero por Dios, que son esos "cálculos" junto a una integral) para obtener comida al final. Pero eso no es inteligencia abstracta, tan sólo es una inteligencia 'orgánicamente condicionada', es decir, siempre tiene como fin la consecución inmediata de una satisfacción instintiva. La inteligencia abstracta del ser humano no está condicionada por la inmediatez del instinto, puede dedicarse a resolver por meses un problema matemático complejísimo por puro ocio, separado de cualquier necesidad fisiológica.

Por otro lado, en el experimento del chimpancé con el espejo, nada se ha comprobado sobre su capacidad de reconocerse su identidad y autonomía existencial, tan sólo se ha verificado un hecho ya anunciado por los teóricos de la psicología desde hace décadas: el chimpancé tiene la inteligencia de un infante (en el sentido de su etimología: "el que no habla"), conoce hasta cierto punto su cuerpo identificándolo del resto de cuerpos que no mueve con su voluntad.

Y es que con el habla comienza la conceptualización (o en la conceptualización el habla, en este caso no hay diferencia, puesto que el concepto es esencialmente verbal). El concepto es previo a todo juicio o razonamiento, pues constituye la materia misma para todo juicio o razonamiento, como los ladrillos lo son para los edificios.

Esos son los puntos que considero más importantes, antes de seguir con cualquier discusión. Sólo me faltó ahondar más en la abstracción, te pido paciencia, pero mientras te remito a la misma obra de Lonergan, al respecto del tema.

quique ruiz said...

Sí, ya vi que no es tan simple, y con ‘ver’ me refiero a que reflexioné más acerca del tema: me precipité.
Creo que deberías de tener la opción de aviso por correo de nuevo comentario, para que así no te enteres tan tardíamente de que uno te ha comentado.

JBF mx said...

Pues voy a tener que seguir tu consejo de tener la opción de aviso.
Como ves este tema da para largo, me angustia cuándo veo cuantas posible vías de investigación ofrece el tema del hombre y, entonces, dudo en avanzar. En fin, creo que este espacio no es adecuado para seguir la discusión. Se me ocurre que deberíamos abrir un foro (de esos gratuitos) para discutir nuestros diversos temas "favoritos" o al menos, "recurrentes".

Ahí pondríamos un thread sobre el ser humano y podríamos tratar todo esto a placer. Otro thread podría ser sobre la discusión que llevas con Macías sobre el bien y el mal.¿Qué opinas?